Es curioso lo de esta foto. El orden perfecto de las líneas vuelve caótico y hasta desapacible el entramado urbano de la derecha. Uno no puede evitar, viendo la foto, ser conducido a la reflexión de que tal vez debieran predominar el equilibrio de la geometría matemática sobre la anarquía de la vorágine. Ambas producto de la mente humana.