Lo cierto es que nos marchamos con las manos vacías. Caímos por allí más por dar una vueltecita y pasear que por hacer compras y lo que vimos no nos atrajo. Pero sí que es verdad que, en algunos puestos, aceptan tarjetas. Ya, bizum, pues no sé, además cómo yo tampoco lo tengo... Saludotes...