Por una parte, sin conocer lo que no aparece en el encuadre, me pide una composición más rectangular, estirada por la derecha, considerando que la gárgola la veo bien situada.
Por otra parte, la iluminación, desde luego no acompaña. La gárgola está pidiendo a gritos un poco más de exposición y la incidencia de la luz en la parte inferior derecha genera unos brillos que enseguida reclaman al observador. Entiendo que estas situaciones complicadas si es el caso de una visita, por ejemplo, son imposibles de solucionar en el momento, salvo lo del encuadre. Lo que si es factible, con un poco de trabajo de edición, es aportar un poco más de luz donde se necesita y mitigar un poco los reflejos que puedan distraer.
Sobre los reflejos, hay que tener cuidado. No se trata de eliminarlos, sino de suavizarlos, puesto que precisamente los reflejos, también tienen la capacidad de dar volumen a lo que realmente es una imagen plana, una fotografía. Es algo que siempre me ha maravillado de los pintores, que jugando con los degradados y los reflejos hacen que una pintura se vea tan real.
Saludos.