anda por ti para llevarte a donde has ido demasiadas veces ya. Te lleva a ambientes borrosos o llenos de telarañas que no habías visto, pero también te invita a no ver nada, nada más que esqueletos de fantasmas, o bien te obliga a beber copa tras copa tras copa de vehemencia y embriaguez sin conseguir tú asirte a algo rígido donde poder reposar tu espíritu. El autobús es un flan peligroso demasiado dulce que empuja al Movimiento con empellones y desgarros...

