Yo creo que casi todos amamos y odiamos al mismo tiempo lo decrépito. La vejez.
Lo decrépito es, además de una sombra del pasado, un símbolo del futuro; pero sobre todo es, mucho más dolorosamente, esa realidad actual o del presente que, sin quererlo ella, te entra por los ojos para emponzoñarte el corazón.
Nos atrae, por lo tanto, como nos atrae un abismo, como nos atrae un rayo gigantesco que remueve los quicios del universo, como nos atrae la efectividad de una fiera repleta de elasticidad y eficiencia para abatir a su víctima.
Nos atrae, fatalmente, como el amor.
Sony NEX-6 con el zoom Sony E 55-210mm a 80mm (que equivalen a 120mm en FF), exposición de 1/1600 de segundo, apertura f/6.3 e ISO 400
Lo decrépito es, además de una sombra del pasado, un símbolo del futuro; pero sobre todo es, mucho más dolorosamente, esa realidad actual o del presente que, sin quererlo ella, te entra por los ojos para emponzoñarte el corazón.
Nos atrae, por lo tanto, como nos atrae un abismo, como nos atrae un rayo gigantesco que remueve los quicios del universo, como nos atrae la efectividad de una fiera repleta de elasticidad y eficiencia para abatir a su víctima.
Nos atrae, fatalmente, como el amor.
Sony NEX-6 con el zoom Sony E 55-210mm a 80mm (que equivalen a 120mm en FF), exposición de 1/1600 de segundo, apertura f/6.3 e ISO 400
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