Ahora que @Paudelleida está mostrándonos imágenes de nuestro hermano y vecino Portugal, recuerdo que me llamó la atención en mi visita al bellísimo Monasterio de Batalha la presencia, en la sala capitular, de un memorial al soldado desconocido custodiado permanentemente por una guardia militar. El acomodo de tal memorial en el monasterio tiene su razón de ser en una batalla que salvaguardó la identidad portuguesa frente a la castellana. Juan I de Castilla estaba casado con una infanta portuguesa. Las estipulaciones del tratado matrimonial establecían la división de los dos reinos, pero el monarca castellano, una vez muerto el rey luso, pretendió en contra de dichas cláusulas absorber el trono portugués. Entró en el país con una fuerza militar, pero fue rechazado por los portugueses en Aljubarrota (agosto de 1385). En conmemoración de la batalla, se fundó el Monasterio de Batalha, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En un pequeño descanso, uno de los miembros de dicha guardia se distraía en la galería del claustro.
En un pequeño descanso, uno de los miembros de dicha guardia se distraía en la galería del claustro.
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