Paudelleida
Disparando
En Barcelona hice un reportaje sobre un incidente policial en la céntrica Plaza de Cataluña. Me fijé en un individuo con pinta de etnia árabe haciendo ostensibles gestos de mofa y de desprecio a una pareja de policías de la Guardia Urbana. Le fui haciendo fotos porque me llamaron la atención dichos gestos, esperando para ver en que acababa la cosa. Parecía bajo los efectos de alguna substancia estupefaciente o con las facultades mentales perturbadas. Lógicamente al final la pareja policial se hartó y lo prendieron. Se lo llevaron a un rincón de la plaza y lo registraron supongo que en busca de drogas o algo similar. Lo registraron a fondo, incluso con los pantalones bajados por si escondía algo debajo de la ropa. Dicha situación llamó la atención a algunos transeuntes que pasaban por allí. Yo a distancia (con el Minolta APO 100-300) seguía atentamente la escena sin perderme detalle. Al final no debieron encontrarle nada ilegal y le conminaron a que abandonara la plaza y dejara de molestar, sin mayores consecuencias para el interesado. Me imagino que vieron que presentaba signos de desequilibrio mental y que no suponía peligro alguno. Al final con sus pretenencias a cuestas y descalzo y con los zapatos colgando de su mochila se fue con la música a otra parte. No siempre tiene uno la suerte de encontrarse con una situación semejante y poder hacer un seguimiento completo de la misma. También cuenta mucho el ojo del fotógrafo al ver al sujeto en primera instancia y decidir hacerle fotos de sus gestos ya que ignoraba que la situación se iba a desarrollar de esta manera. Hasta que lo prendieron los policías no tenía ni idea de que era a ellos a quienes iban dirigidos sus gestos de mofa, ya que me centraba completamente en hacer fotos al individuo. Al final mi constancia e intuición fotográfica de una posible escena interesante fue premiada con un inusual reportaje policial urbano.
