Paudelleida
Disparando
A mediados de Septiembre nos dirijimos al Desierto Chihuahuense porque quería estrenar mi nueva cámara 6400 en exteriores. Este desierto tiene una superficie de 507.000 m2 y es el mayor del Continente Americano. Se extiende a lo largo de 7 estados mexicanos y 3 de Estados Unidos. Es muy árido ya que su promedio anual de lluvia oscila entre 250 mm y 500 mm anuales, es decir entre un cuarto de litro y medio litro (como máximo) ¡en un año!. Está flanqueado por grandes cadenas montañosas que impiden el paso de los vientos húmedos.
Pues bien en este lugar tan inóspito, y a un lado de este desierto, hay un pueblo medio fantasma llamado San Juan de Boquillas con apenas medio centenar de habitantes. A esta aldea se accede por un desvío de una carretera comarcal que da a un polvoriento camino con zonas desérticas a ambos lados del mismo (Foto 1). El desierto está pegado al pueblo (foto 2). En las fotos 5 y 6 se puede ver la única tienda de comestibles que también hace de bar, con una terracita muy agradable para tomarse una cerveza bien helada. El lugar recuerda a los pueblos del Far West con bastantes casas en estado ruinoso y perros hambrientos y sedientos vagando cual alma en pena. Las condiciones son duras pero la gente sobrevive como puede. El pueblo no tiene ayuntamiento y pertenece al bonito y turístico pueblo de Cuatro Ciénegas (12.000 habitantes) donde tienen todos los servicios que necesitan y donde se surten de vituallas. Por cierto la vía es un recuerdo del pasado. Los trenes hace tiempo que dejaron de pasar.




















Pues bien en este lugar tan inóspito, y a un lado de este desierto, hay un pueblo medio fantasma llamado San Juan de Boquillas con apenas medio centenar de habitantes. A esta aldea se accede por un desvío de una carretera comarcal que da a un polvoriento camino con zonas desérticas a ambos lados del mismo (Foto 1). El desierto está pegado al pueblo (foto 2). En las fotos 5 y 6 se puede ver la única tienda de comestibles que también hace de bar, con una terracita muy agradable para tomarse una cerveza bien helada. El lugar recuerda a los pueblos del Far West con bastantes casas en estado ruinoso y perros hambrientos y sedientos vagando cual alma en pena. Las condiciones son duras pero la gente sobrevive como puede. El pueblo no tiene ayuntamiento y pertenece al bonito y turístico pueblo de Cuatro Ciénegas (12.000 habitantes) donde tienen todos los servicios que necesitan y donde se surten de vituallas. Por cierto la vía es un recuerdo del pasado. Los trenes hace tiempo que dejaron de pasar.



















