Paudelleida
Disparando
Los bancos de los parques si pudieran hablar cuántas cosas nos podrían contar. Miles de vivencias y conversaciones interesantes y anodinas. Los requiebros y besos de parejas de enamorados, solitarios personajes pensando en sus problemas o simplemente descansando. Personas relajadas leyendo el periódico o un libro. Un grupo de amigos charlando y riendo. Una mamá joven descansando al volver de la compra con el bebé durmiendo en el cochecito, quizás el único momento del día en que puede relajarse y descansar. Una pareja vigilando a su hijo que juega en el parque infantil. Algún sin techo durmiendo por la noche o un borracho durmiendo la mona. Jubilados nostálgicos de sus buenos tiempos. Personas en paro que no tienen nada mejor que hacer. Algún fotógrafo aficionado que toma fotos de personas y situaciones del parque disimuladamente (me identifico por haberlo hecho). Alguien que se sienta con su perrito al que ha sacado a pasear. En fin, un microcosmos de personas que van y vienen, algunos de ellos habituales a determinadas horas del día, otros ocasionales que pasaban por allí y se sientan a descansar un rato. Los banco de los parques que se sienten acompañados por las personas que se sientan y que les hacen partícipes de sus conversaciones. No están mucho tiempo solos, unos van y otros vienen. Esta es su razón de ser y de existir. Cuando se quedan solos rememoran los ratos pasados en compañía de sus usuarios y se echan una siestecita a la espera de nuvas personas que los hayan de menester. Sin duda se sienten orgullosos de su función social y con su trabajo honesto y necesario para la comunidad del barrio donde se ubican.
Aquí pongo una secuencia vivida en un banco de un parque:
Foto 1- Un jubilado en un extremo pensando en sus cosas y una chica joven leyendo un libro en el otro extremo. Cada uno a los suyo y evitando molestarse. Silencio, todo tranquilo.
Foto 2 - Al cabo del tiempo entra en escena una pareja de personas mayores. Se sientan enmedio de ambos y el hombre entabla conversación con el primero, mientras la señora hace lo propio con la chica del libro. Máxima ocupación del banco y se rompe el silencio con lo que el banco aguza sus oídos.
Foto 3 - Finalmente y después de sentirse acompañado y entretenido unas horas el banco queda solo y registra en su memoria todo lo acontecido. Son momentos de reflexión y de archivarlo todo en su "disco duro", a la espera de nuevos clientes.
Fotos del 2013 con A 65 y Sony 18-135.
Aquí pongo una secuencia vivida en un banco de un parque:
Foto 1- Un jubilado en un extremo pensando en sus cosas y una chica joven leyendo un libro en el otro extremo. Cada uno a los suyo y evitando molestarse. Silencio, todo tranquilo.
Foto 2 - Al cabo del tiempo entra en escena una pareja de personas mayores. Se sientan enmedio de ambos y el hombre entabla conversación con el primero, mientras la señora hace lo propio con la chica del libro. Máxima ocupación del banco y se rompe el silencio con lo que el banco aguza sus oídos.
Foto 3 - Finalmente y después de sentirse acompañado y entretenido unas horas el banco queda solo y registra en su memoria todo lo acontecido. Son momentos de reflexión y de archivarlo todo en su "disco duro", a la espera de nuevos clientes.
Fotos del 2013 con A 65 y Sony 18-135.
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