Como sabéis, estoy por Transilvania, concretamenente en la ciudad austrohúngara de Timisoara (preciosa, es como Viena en pequeño) por el tema de la exposición que me ha organizado aquí la facultad de arte.
Pues bien, me llevé la Leica para ir ligero y el viernes, con las prisas, pongo la tarjeta de memoria al revés con la mala suerte de que se me sale el muelle interior de la ranura de la tarjeta de memoria, que es la que hace “click” y fija la memoria dentro. Nada preocupante que se arregla en pocos minutos en el SO de Leica pero… aquí no hay.
La suerte quiso que pasara por un mercadillo de antigüedades y viera una bonita cámara alemana de fuelle de 35mm con óptica Carl Zeiss fabricada en 1951 y pensé que me la llevaría para mi colección.
El vendedor, lógicamente, me dijo que funcionaba a la perfección pero, al cogerla, vi que las 4 velocidades más lentas no iban así que regateé. Total que la saqué por unos ridículos 20€.
Cuando llegué al hotel, la limpié, desmonté lo que pude con un pequeño destornillador que me dejaron y… logré que funcionaran todas las velocidades. Entonces pensé “¿y si la uso los 5 días que me quedan de estar por aquí? Tuve un profesor de documental que me dijo una vez “un buen fotógrafo ha de ser capaz de resolver el problema con el material que tiene” y otro que siempre decía “un buen calamar, en cualquier tipo de agua debe de saber nadar” que viene a ser lo mismo.
Así que compré dos carretes y la empecé a usar.
El visor sólo sirve para encuadrar. Para hacer una foto has de realizar los siguientes pasos:
- Fijar la distancia de lo que quieres fotografiar en el visor (sube y baja para corregir el paralelaje).
- Fijar la velocidad en dial del objetivo.
- Fijar la apertura en otro dial del objetivo.
- Enfocar A OJO mediante la distancia en otro dial del objetivo.
- Pulsar un botón inferior que libera el carrete.
- Correr el carrete para cargar una nueva foto.
- Cebar la palanca del disparador.
- Encuadrar y disparar.
Ni exposímetro (has de calcular a ojo velocidad y apertura), no seguimientos al ojo, ni wifi, ni bluetooth, ni tropecientos mil megapíxeles, ni baterías, ni cargadores, ni mochilas (te cabe en el bolsillo de los tejanos), ni histograma a tiempo real ni nada de nada. O sabes la técnica de la fotografía “de verdad” o no haces ni una foto.
Encima, usar la hiperfocal es muy complicado porque hablamos de una óptica de 50mm y, además, su apertura máxima es de f3.5….
Para el tipo de fotografía que hago, te planteas muchas cosas cuando tienes en las manos una cámara de 71 años de antigüedad que con 4 tonterías ha funcionado de nuevo y que puedes llevar en el bolsillo y, además, es de 35mm…
Ya sé que no es exactamente así, que no hay que vivir en el pasado y que las cámaras actuales son una pasada pero ¿realmente nos hace falta tanto? Muchas veces, aquí en el foro, veo a compañeros preocupados sólo por resoluciones o si un sensor tiene una puntuación de un ridículo 1% más en tal o cual página de pruebas y yo me pregunto “¿les interesará realmente la fotografía?” Porque la fotografía es, ante todo, una idea. La técnica es necesaria y el conocer tu cámara como la palma de la mano también pero una vez aprendidas e interiorizadas ambas ya no hace falta volver más a ellas. Es como conducir un coche: al principio tienes que pensar lo que haces., cuando ya sabes no te das cuenta de que vas conduciendo.
En fin, divagaciones. No me hagáis mucho caso.
Volviendo a la abuela de 71 años, veremos lo que sale. Al llegar a casa revelaré los dos carretes y positivaré lo que valga la pena (si es que vale la ñena algo). Ya os contaré.
Os dejo unas fotos:







Pues bien, me llevé la Leica para ir ligero y el viernes, con las prisas, pongo la tarjeta de memoria al revés con la mala suerte de que se me sale el muelle interior de la ranura de la tarjeta de memoria, que es la que hace “click” y fija la memoria dentro. Nada preocupante que se arregla en pocos minutos en el SO de Leica pero… aquí no hay.
La suerte quiso que pasara por un mercadillo de antigüedades y viera una bonita cámara alemana de fuelle de 35mm con óptica Carl Zeiss fabricada en 1951 y pensé que me la llevaría para mi colección.
El vendedor, lógicamente, me dijo que funcionaba a la perfección pero, al cogerla, vi que las 4 velocidades más lentas no iban así que regateé. Total que la saqué por unos ridículos 20€.
Cuando llegué al hotel, la limpié, desmonté lo que pude con un pequeño destornillador que me dejaron y… logré que funcionaran todas las velocidades. Entonces pensé “¿y si la uso los 5 días que me quedan de estar por aquí? Tuve un profesor de documental que me dijo una vez “un buen fotógrafo ha de ser capaz de resolver el problema con el material que tiene” y otro que siempre decía “un buen calamar, en cualquier tipo de agua debe de saber nadar” que viene a ser lo mismo.
Así que compré dos carretes y la empecé a usar.
El visor sólo sirve para encuadrar. Para hacer una foto has de realizar los siguientes pasos:
- Fijar la distancia de lo que quieres fotografiar en el visor (sube y baja para corregir el paralelaje).
- Fijar la velocidad en dial del objetivo.
- Fijar la apertura en otro dial del objetivo.
- Enfocar A OJO mediante la distancia en otro dial del objetivo.
- Pulsar un botón inferior que libera el carrete.
- Correr el carrete para cargar una nueva foto.
- Cebar la palanca del disparador.
- Encuadrar y disparar.
Ni exposímetro (has de calcular a ojo velocidad y apertura), no seguimientos al ojo, ni wifi, ni bluetooth, ni tropecientos mil megapíxeles, ni baterías, ni cargadores, ni mochilas (te cabe en el bolsillo de los tejanos), ni histograma a tiempo real ni nada de nada. O sabes la técnica de la fotografía “de verdad” o no haces ni una foto.
Encima, usar la hiperfocal es muy complicado porque hablamos de una óptica de 50mm y, además, su apertura máxima es de f3.5….
Para el tipo de fotografía que hago, te planteas muchas cosas cuando tienes en las manos una cámara de 71 años de antigüedad que con 4 tonterías ha funcionado de nuevo y que puedes llevar en el bolsillo y, además, es de 35mm…
Ya sé que no es exactamente así, que no hay que vivir en el pasado y que las cámaras actuales son una pasada pero ¿realmente nos hace falta tanto? Muchas veces, aquí en el foro, veo a compañeros preocupados sólo por resoluciones o si un sensor tiene una puntuación de un ridículo 1% más en tal o cual página de pruebas y yo me pregunto “¿les interesará realmente la fotografía?” Porque la fotografía es, ante todo, una idea. La técnica es necesaria y el conocer tu cámara como la palma de la mano también pero una vez aprendidas e interiorizadas ambas ya no hace falta volver más a ellas. Es como conducir un coche: al principio tienes que pensar lo que haces., cuando ya sabes no te das cuenta de que vas conduciendo.
En fin, divagaciones. No me hagáis mucho caso.
Volviendo a la abuela de 71 años, veremos lo que sale. Al llegar a casa revelaré los dos carretes y positivaré lo que valga la pena (si es que vale la ñena algo). Ya os contaré.
Os dejo unas fotos:






